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¿Qué deben saber las personas juzgadoras sobre la Inteligencia Artificial? Claves para el Futuro de la Justicia Digital

En la era digital, la irrupción de la inteligencia artificial (IA) está transformando todos los aspectos de nuestras vidas, y la administración de justicia no es la excepción. Los avances tecnológicos han generado nuevas herramientas que facilitan la gestión de procesos judiciales y ofrecen soluciones más eficientes y accesibles para la ciudadanía. Sin embargo, estas innovaciones también presentan retos significativos que requieren ser cuidadosamente abordados por el sector jurídico.

En el programa La Justicia que Viene, transmitido en Justicia TV, el canal del Poder Judicial de la Federación, Pedro Salazar conversa con Laura Márquez Martínez, abogada especialista en justicia digital y Directora de ÏO Justice, y Francisco Javier Careaga, abogado especialista en derecho de la tecnología, sobre las oportunidades y desafíos que representa la IA en el ámbito de la justicia. El video completo está disponible en este enlace de YouTube.

Desde el potencial uso de chatbots para la orientación inicial hasta los riesgos asociados con el sesgo algorítmico y la transparencia de las decisiones judiciales automatizadas, este análisis busca ofrecer una visión integral sobre el futuro de la justicia digital.

La Inteligencia Artificial en el Camino de la Justicia

Uno de los aspectos más innovadores de la IA es su capacidad para apoyar a los ciudadanos en las primeras etapas de un conflicto legal. Como lo señalan los expertos, las tecnologías actuales pueden actuar como una guía preliminar para las personas que buscan una solución a sus problemas jurídicos sin necesidad de llegar a instancias jurisdiccionales.

Por ejemplo, los chatbots con IA pueden proporcionar asesoría básica y canalizar a los usuarios hacia recursos adecuados o profesionales especializados. Esto permite reducir la carga en los sistemas de justicia tradicionales y optimizar la resolución de conflictos desde una etapa temprana. Sin embargo, es crucial garantizar la confiabilidad de estas herramientas y verificar que la orientación ofrecida esté alineada con el marco legal vigente en cada jurisdicción.

La Caja Negra de la Inteligencia Artificial: ¿Podemos Confiar en Sus Respuestas?

Uno de los principales dilemas asociados con la IA es su carácter de «caja negra». Las tecnologías de aprendizaje automático (machine learning) permiten que la IA aprenda de sus propios errores y mejore sus respuestas de manera autónoma, lo que puede dificultar la comprensión de cómo se generan ciertas decisiones.

Este fenómeno plantea preguntas fundamentales sobre la transparencia y la responsabilidad en la toma de decisiones automatizadas. Como se mencionó en el caso de la Corte Constitucional Colombiana, el uso de herramientas como ChatGPT en procesos judiciales debe ser cuidadosamente regulado para evitar resultados sesgados o poco precisos. En este contexto, los jueces tienen el desafío de utilizar estas tecnologías como apoyo, sin delegar completamente la función jurisdiccional a un sistema automatizado.

La Necesidad de Herramientas Especializadas

Los expertos advierten sobre el riesgo de confiar en herramientas generales como ChatGPT para la resolución de problemas jurídicos. A diferencia de los sistemas especializados, estas plataformas no están diseñadas para manejar información legal específica y pueden generar respuestas inexactas o incluso incorrectas.

La recomendación es clara: utilizar herramientas diseñadas por y para profesionales del derecho, que estén adaptadas a las necesidades particulares de cada jurisdicción. De esta manera, se puede garantizar que la información proporcionada sea confiable y relevante para el caso concreto.

Retos y Oportunidades para la Formación de Juristas

Ante la creciente digitalización del sector jurídico, las universidades deben adaptar sus currículas para preparar a las nuevas generaciones de juristas en el manejo de tecnologías emergentes. En países como Reino Unido, las materias sobre tecnología y derecho ya forman parte del plan de estudios obligatorio. Esta formación multidisciplinaria es clave para que abogados y abogadas puedan colaborar con ingenieros y diseñadores en la creación de soluciones innovadoras para el sector judicial.

La interdisciplina y la empatía se perfilan como competencias esenciales para el “abogado del futuro”. La capacidad de comunicarse eficazmente con profesionales de otras áreas y de entender las implicaciones sociales y éticas de la tecnología será determinante para el éxito en este nuevo escenario.

Conclusión: Hacia una Justicia Centrada en las Personas

El futuro de la justicia digital requiere un equilibrio entre la eficiencia que ofrecen las tecnologías de IA y la preservación de los derechos humanos fundamentales. Más allá de la digitalización de procesos, es necesario repensar el papel de las herramientas algorítmicas y su impacto en la sociedad.
Este momento representa una oportunidad única para redefinir las reglas del juego. La participación activa de jueces/as, académicos/as, desarrolladores/as y sociedad civil será clave para construir un sistema de justicia más accesible, transparente y humano en el siglo XXI.

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